La cerveza, la hidromiel y el vino han estado vinculados durante mucho tiempo a lo largo de la historia y conforman uno de los triángulos amorosos más tumultuosos pero deliciosos en el mundo de la fermentación.
El proceso de producción del vino se lleva realizando desde tiempos inmemorables. La vendimia, el despalillado, el prensado, la fermentación y la clarificación, en definitiva, todas las fases de elaboración del vino perduran en el tiempo.
El vino rosé ha pasado a convertirse en una de las bebidas más populares, para llevar, en fiestas junto a la piscina, en los hashtags. Al mismo tiempo, se ha transformado en una de las fuerzas más poderosas de la industria en la categoría bebidas.
El titulo deja bien claro la postura que tengo hacia estos dos fermentados que tanto adoro, pero no, no es una imposición que quiera hacer, ni porque me guste más.