Los restaurantes deben garantizar que los alimentos que sirven sean seguros para el consumo humano. La higiene y la limpieza son cruciales para evitar la propagación de bacterias, virus y otros patógenos.
Los consumidores que oyen el término seguridad alimentaria enseguida piensan en los alimentos que van a ingerir, si habrán pasado los controles necesarios para no exponerse a enfermedades tales como la salmonelosis o la legionelosis.