El hielo y el frío son parte imprescindible de la herencia cultural de la provincia canadiense de Quebec, junto con el amor a la lengua francesa y el espíritu artístico y es aquí en donde se origina la hoy mundialmente famosa sidra de hielo.
Canadá, particularmente, se convirtió en un lugar ideal para la producción de esta bebida debido a sus climas fríos, necesarios para la elaboración de la misma antes de que aparecieran los sistemas de refrigeración.