Fue tras la desaparición del imperio romano a manos de los bárbaros, que sus habitantes siguieron conservando muchas de las centenarias tradiciones que habían adquirido, al mismo tiempo que iban incorporando otras nuevas costumbres, que llegaron de la mano de los pueblos que poco a poco se fueron asentando en los antiguos dominios.
Principalmente, estos cambios se vieron reflejados en las costumbres culinarias, donde el vino romano y la cerveza que llegaba del norte se complementaron para satisfacer las necesidades de estos nuevos habitantes de la edad media.
¿La ventaja? no había competencia entre ambos mercados, al norte de los Alpes se bebía cerveza y hacia el sur, vino.
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Orígenes de la sopa de cerveza
En la región norte, la cerveza era la bebida que los bravos guerreros medievales utilizaban para celebrar sus victorias y los augurios de prosperidad, pero no sólo era eso, también era considerada un “alimento”.
Registros documentales del siglo XIV recomendaban incluir una jarra de cerveza o un plato de sopa cerveza en los desayunos, incluso para los niños. En ellos se señala el siguiente procedimiento:
«Se pone al fuego una carecola con cerveza y se añade mantequilla cuando ya está caliente. Una vez derretida la mantequilla, se retira del fuego y se mezcla con un par de huevos batidos. Se remueve la mezcla con energía y se añade una pizca de sal. En el plato donde se va a servir se pone una rebanada de pan blanco y se vierte sobre el pan la mezcla de la cerveza».
Por aquella época, la sopa de cerveza era muy conocida en los países del norte de Europa. En Alemania era conocida como «biersuppe», mientras que en Polonia la denominaban «zupa piwna».
Si bien los ingredientes de la sopa de cerveza y la forma de prepararla podían sufrir grandes variaciones de un país a otro, siempre se trató de un alimento de origen humilde, que era elaborado con ingredientes al alcance de todos, siendo sus insumos principales: cerveza, mantequilla, huevos, granos de trigo y pan duro de centeno.
Casi cuatro siglos después, en la Inglaterra del XVIII, la sopa de cerveza era un plato que se consumía en familia y en cantidades que podían alcanzar hasta los tres litros al día. El médico alemán Johann Placotomus escribía:
«[…] las personas de ambos sexos y todas las edades, los sanos y los enfermos por igual la requieren (la cerveza)».
Sopas de cerveza medievales
Si bien no se recomienda un estilo de cerveza particular, la sopa de cerveza originalmente era elaborada con variedades ligeras y suaves, pero siempre podrás experimentar según tu propia experiencia y gustos.
1. Receta de «zupa piwna»
Se trata de una sopa de cerveza de carácter agrio, excelente en los días calurosos cuando se sirve fría o para los días fríos cuando se sirve caliente, ambas son muy populares en Polonia.
Ingredientes
- 1 litro de cerveza artesanal
- 5 dientes de clavo de olor
- 3 yemas de huevo
- 3 cucharadas de azúcar morena
- 1 taza de twaróg (queso polaco cuajado)
- ½ taza de crema agria
- Canela molida
Preparación
- Colocar las yemas de los 3 huevos y el azúcar en una olla mediana mezclando por un par de minutos hasta que la mezcla adquiera un color brillante, añadiendo la crema agria mientras revuelves. Mantener a fuego lento.
- Una vez que la crema este caliente, añadir la cerveza, el clavo de olor y una cucharadita de canela en polvo.
- Calentar la mezcla con cuidado, la sopa comenzará a espesar. Vigilar hasta que alcance una consistencia media y apagar el fuego.
- Cortar el queso cuajado en trozos pequeños. Disponer algunos tazones y colocar el queso en el fondo.
- Verter la sopa los tazones, cuidando de mantener espacio suficiente en la parte superior para añadir crutones de pan de centeno al momento de servir.
2. Receta de «biersuppe»
Una deliciosa sopa de cerveza tradicional alemana. Existen diversas variantes de esta receta, pero la versión que presentamos a continuación es sin duda una de las mas populares.
Ingredientes
- 700 ml de cerveza artesanal
- 400 g de papas cortadas en cubos pequeños
- 100 g de setas en rebanadas finas
- 100 g de puerros rebanados en aros
- 100 ml de nata líquida
- 70 g de jamón crudo cortado en cuadros pequeños
- 1 cebolla picada en pluma
- 1 yema de huevo
- 1 diente de ajo picado
- 2 cucharadas de manteca
- Jugo de limón
- Sal
- Pimienta
- Perejil fresco picado
Preparación
- Colocar los hongos rebanados en un bol mediano y verter sobre ellos el jugo de limón.
- En una olla mediana colocar la manteca y rehogar el jamón, la cebolla, el ajo y los hongos, reservando algunos para decoración.
- Agregar los aros de puerro, las papas en cubitos y la cerveza, salpimentar, mezclar y cocinar a fuego lento durante 35 a 40 minutos.
- Una vez finalizada la cocción, apagar el fuego y agregar la crema y la yema de huevo. Mezclar suavemente.
- Servir añadiendo perejil picado y las setas reservadas como acompañamiento.