Los consumidores que oyen el término seguridad alimentaria enseguida piensan en los alimentos que van a ingerir, si habrán pasado los controles necesarios para no exponerse a enfermedades tales como la salmonelosis o la legionelosis.
Son males producidos por bacterias que, habitualmente, se encuentran presentes en productos alimenticios en mal estado.
Sin embargo, dentro de este concepto amplio, también hay que incluir las bebidas que, habitualmente, no reciben la importancia que se debe.
No hay que cometer este error, es igual de importante prestarle la atención que se merece a los líquidos que se ingieren, ya sean mezclas de bebidas en bares y restaurantes como en las bebidas de grifo como tiradores de refresco, de cerveza e incluso el agua en los hogares
La seguridad alimentaria es algo que está muy presente en occidente con un elevado nivel de exigencias, reglamentos y leyes.
En los países industrializados se exige que aquellas personas que entran en contacto con los alimentos en alguna parte de la cadena de producción cuenten con el carnet de manipulador de alimentos.
No obstante, cabe diferenciar en este punto que la seguridad alimentaria hace referencia a una doble acepción según el país donde uno se encuentre.
Para los países desarrollados, tan solo se refiere a que la comida que se ingiere esté en buen estado y no enferme a los consumidores, por lo que todo el énfasis se pone en su correcta manipulación, transporte, salvaguardando su integridad durante todo el recorrido hasta llegar a la mesa de la persona que va a degustarla.
Sin embargo, en los países subdesarrollados, el concepto es más amplio y la seguridad alimentaria también hace referencia a la garantía de que la población acceda a una cantidad suficiente de alimento.
No obstante, este artículo va dedicado a la formación que hay que tener para trabajar en cualquier área relacionada con el sector alimenticio u hostelero de los países avanzados.
Carnet de Manipulador de alimentos
Cualquier persona que se dedique a un trabajo relacionado con los alimentos o en el sector de la restauración estará familiarizado con el carnet de manipulador de alimentos, pues seguro que es un requisito que se le ha exigido para poder ejercer su labor profesional.
No solo es una disposición que impone la legislación para proteger a los consumidores de sufrir intoxicaciones relacionadas con la ingesta de alimentos, sino que también debe ser una auto exigencia profesional, pues es la salud de las personas lo que está en juego.
En este sentido, cabe destacar que la sociedad no es tan consciente de que estas exigencias se deben de extrapolar a las bebidas, pues entrañan el mismo riesgo. Habitualmente el foco de atención se pone solo y exclusivamente en las comidas.
A la hora de preparar cócteles, bebidas que necesitan de varias mezclas y han de ser manipuladas, todos los elementos que entran en contacto con ellas deben seguir un protocolo y rigurosos controles de limpieza para no ser fuente de bacterias.
Del mismo modo, las bebidas de grifo, como la cerveza de tirador, puede ser fuente de gérmens y otros patógenes. Es obligación de las personas que entran en contacto con estos elementos conocer su correcto mantenimiento y limpieza y aplicarlas periódicamente.
¿Para qué prepara el título de manipulador de alimentos?
Obtener el título de manipulador de alimentos habilita al estudiante a estar preparado para trabajar con comidas y bebidas, tranpostarlas, manipularlas… con garantías de que se cumplirá con la normativa que regula el buen estado de los productos perecederos.
Esta formación evitará que pueda cometer errores en cualquiera de las áreas de la cadena alimenticia, ya sea a la hora de recolectar la materia prima, procesarla o servirla en los bares.
Momentos cruciales que pueden desencadenar graves consecuencias para la salud pública si no se realizan correctamente.
Un manipulador de alimentos ha recibido la formación necesaria para entrar en contacto directo con los alimentos, tanto en el ámbito laboral como en el doméstico.
Una preparación que implica actuar como un profesional durante las distintas fases de elaboración, preparación, envasado, fabricación, transformación, servicio, almacenamiento, venta, transporte, distribución y suministro que conlleva el tratamiento con alimentos y bebidas.
La normativa actual
Aunque sería más que recomendable tener esta formación también en el ámbito doméstico, pues entra en juego la salud de toda la familia, es solo en el ámbito laboral donde es un requisito impuesto por normativa.
No obstante, tener una formación, o al menos conocimientos suficientes, que garantice el conocer los procesos de seguridad alimentaria necesarios para mantener los alimentos saludables no solo debería estar relegado al mundo laboral.
Es tal su importancia que se debería enseñar desde pequeños en las escuelas y tomar conciencia de la relevancia que posee para la salud.
En cualquier caso, lo que la normativa actual exige es que todas aquellas personas consideradas como manipuladores de alimentos en el entorno laboral tengan la formación necesaria para garantizar la seguridad en la manipulación sobre dichos alimentos.
Por tanto, todo trabajador, directo o indirecto, que entre en contacto con los alimentos en alguna de las fases contempladas por la Normativa (prácticamente todas), necesitará acreditar la formación necesaria mediante el carnet de manipulador de alimentos o alguna otra equivalente aceptada en el país donde vaya a prestar sus servicios.
En los centros de trabajo, en caso de inspección o intoxicación, contar con trabajadores que no tengan esta formación expone al empresario a recibir elevadas multas y sanciones.