Por Carlos Uhart M.
Cuando uno piensa en bebidas alcohólicas japonesas, el sake sin duda es la primera que se nos viene a la mente, pero a pesar de sus orígenes extranjeros, hoy en día la cerveza es sin duda la bebida más popular en Japón.
Japón es considerado uno de los países más tolerantes con el consumo de alcohol, ya que un 66% de sus habitantes lo considera moralmente aceptable, en comparación a un 46% de checos, un 41% de alemanes y un 38% de británicos.
Hoy en día y a pesar de tener uno de los impuestos más altos del mundo, la cerveza es la bebida alcohólica más producida y más vendida en Japón, todo esto a pesar de la que producción casera está en la práctica prohibida (bebidas sobre 1% de alcohol) y la edad mínima de consumo está establecida en 20 años.
En Japón, cada año se elaboran aproximadamente 3.500 millones de litros de cerveza, seguida desde bastante más atrás por los 500 millones de litros elaborados de Shochu, una bebida alcohólica destilada de cebada, camote o arroz y los 425 millones de litros del tradicional Sake, considerado por muchos como un tipo la cerveza propiamente tal ya que se elabora a partir arroz fermentado.
Contenido
Historia de la cerveza en Japón
Se cree que la primera cerveza de la historia de Japón fue elaborada por el doctor en medicina Koumin Kawamoto, quien en 1853 elaboró una cerveza en su propia casa utilizando un manual de elaboración holandés, la cual nunca llegó a ser comercializada.
La cerveza fue introducida por primera vez en Japón como una importación especializada por comerciantes holandeses en el siglo XVII, durante el Periodo Edo (1600-1868).
Durante esos años, Hendrik Doeff, el comisionado holandés en Dejima (Nagasaki), vio interrumpido el suministro de cerveza desde Europa debido las guerras napoleónicas, por lo que encargó de habilitar una operación local para asegurar su propio suministro, abriendo así una cervecería para los marineros que trabajan en la ruta comercial.
Pero no fue hasta fines del siglo XIX que la producción comercial de cerveza en Japón comenzó a desarrollarse, coincidiendo con la restauración del Periodo Meiji (1868-1912), también gracias a un migrante extranjero, el americano de origen noruego, William Copeland (1834-1902), quien abrió la Spring Valley Brewery en Yamate, Yokohama, en 1870.
Un par de años más tarde, en Osaka, Syozaburo Shibutani se convirtió en el primer japonés en producir cerveza de manera comercial fundando la Osaka Beer Brewing Company, época en la que envío a uno de sus cerveceros más prometedores, Hiizu Ikuta, a especializarse en la prestigiosa escuela de la cervecería Weihenstephan en Alemania, una de las más antiguas del mundo.
A su regreso, Ikuta sería el encargado de desarrollar y lanzar al mercado la que hoy en día es la cerveza estandarte japonesa por excelencia, Asahi Beer.
Otras marcas que hoy dominan el mercado japonés también tuvieron sus orígenes en este período, ya que Kirin y Asahi también son productos desarrollados a finales del siglo XIX.
A comienzos del siglo XX, la apertura de nuevas fábricas de cerveza se detuvo debido a la promulgación de nuevas leyes fiscales en 1901 que supuestamente pretendían proteger el mercado de la cerveza industrial local, pero en unas condiciones que al mismo tiempo impidieron la operación de nuevas empresas más pequeñas.
Las nuevas leyes comenzaron a exigir una producción anual mínima, asociada al pago de altísimos impuestos, lo que llevo a que muchas operaciones más pequeñas debieran cerrar su negocio haciendo casi imposible desarrollar cualquier proyecto más allá de las cervecerías ya establecidas.
Durante 1920, las empresas japonesas adquirieron gran cantidad de maquinaria para elaborar cerveza procedente de los EE.UU. como consecuencia de la Ley Seca, que había obligado a cerrar cientos de operaciones en ese país.
A finales de los años 50 y luego de la II Guerra Mundial, Japón se vio encaminada en expansión económica sin precedentes, una época en donde el consumo de cerveza se disparó considerablemente propiciado principalmente por el consumo añadido de las tropas extranjeras de ocupación.
En esa misma época, en 1949, el gobierno japonés obligó al gran consorcio cervecero Dai Nipon a fragmentarse con el fin de impedir un monopolio en el sector.
Esta fractura pronto daría lugar a las actuales Asahi Breweries y a la cervecería Sapporo, permitiendo a Kirin alcanzar el primer puesto en la producción nacional, un lugar que conservaría hasta entrado el año 2001.
El comienzo de una nueva era
Fue recién en 1994 que el gobierno japonés decidió modificar las leyes fiscales relacionadas a los volúmenes de elaboración de cerveza, lo que permitió el funcionamiento de operaciones más pequeñas.
Como consecuencia, el estado decidió aplicar impuestos a la producción según el uso de malta de cebada, estableciendo cuatro categorías para la cerveza:
- Más de 67% de malta de cebada
- Entre 50 y el 67% de malta de cebada
- Entre 25 a 50% de malta de cebada
- Menos de 25% de malta de cebada
Como es de esperar, la cerveza con mayor contenido de malta de cebada era la mas gravada, razón por la cual las cervecerías comenzaron a desarrollar recetas con un mínimo contenido de malta.
La primera cerveza de este tipo fue elaborada por Suntori en 1994 y tuvo una gran recepción en el mercado, principalmente debido a su bajo precio, razón por la fue imitada rápidamente por otros productores.
A estas cervezas elaboradas con otros cereales no malteados como adjuntos reciben en Japón el nombre de Happoshu (発泡酒), algo así como “vino espumante”.
El desarrollo de la cerveza artesanal japonesa
La primera cervecería artesanal que se abrió en Japón fue Echigo Beer, quienes lograron un equilibrio entre la arraigada tendencia de la cerveza «dry» y las técnicas de elaboración artesanal de influencia alemana y estadounidense.
Además de las Pale Ale y Stout, lograron desarrollar también una Lager a base de arroz que ha logrado competir con los jugadores más importantes del mercado, algo así como una cerveza de inicio en su portafolio.
Okhostk Beer también obtuvo su licencia en 1994 y aunque no se distribuyen globalmente, siguen siendo una cervecería local muy popular en Hokkaido.
Una de las primeras cervecerías en ganar reconocimiento internacional fue Kiuchi, una fábrica de sake de larga data, que centró su atención en la cerveza en 1996.
Su marca insignia, Hitachino Nest es conocida en todo el mundo, aunque también elaboran una amplia gama de cervezas como su conocida White Ale.
Otra cervecería japonesa muy popular localmente es Yona Yona Ale producida por Yo-Ho Brewing Company y que a menudo es considerada como la Sierra Nevada o Sam Adams japonesa y quienes además mantienen grifos dedicados para otras cervecerías artesanales.
Esta comaparación se establece gracias al viaje el cervecero japonés Toshi Ishii hizo a Estados Unidos a perfeccionar oficio, gracias a lo cual pasó tres años trabajando en la reconocida Stone Brewing en California
Ha su regreso, Toshi desarrolloi un programa orientado a la cerveza en barril y difundió poco a poco sus nuevos conocimientos a otros cerveceros y bares de todo Japón, fundando una nueva cervecería en 2010 llamada Ishii Brewing Company, en Guam.
Otro cervecero galardonado con conexiones en el extranjero es Bryan Baird, quien cofundó Baird Brewing Company con su esposa japonesa Sayuri en el año 2000.
Al principio comenzaron como una pequeña cervecería, pero hoy en día cuentan con varias tabernas, dos fabricas de elaboración de cerveza y reconocimiento internacional.
Con un enfoque en la educación del consumidor, así como en la producción de cerveza de calidad, Baird se ha sido un actor importante en ayudar a elevar el perfil de la cerveza artesanal en Japón.
Mercado artesanal actual
Hoy en día se estima que el numero de cervecerías artesanales japonesas supera las 200 operaciones ofreciendo cervezas que van desde tradicionales estilos belga a otros completamente locales, con una cuota de mercado que alcanza el 2%, muchos de ellos ligados financieramente a grandes productores de sake, cadenas de restaurantes, hoteles y resorts.
Las conexiones globales de los cerveceros japoneses se han mantenido fuertes con los años, como por ejemplo después del devastador terremoto y tsunami en Japón en 2011, cuando la cervecerías Ishii y Baird desarrollaron junto a sus antiguos colegas de Stone una cerveza de colaboración en beneficio de los afectados.
La cerveza resultante fue una Japanese Green Tea IPA la cual resultó ser una excelente introducción a la creatividad de los cerveceros artesanales japoneses y un recordatorio de que muchos en la comunidad cervecera artesanal mundial están enfocados en hacerlo bien a través de hacer el bien, creando productos únicos y con un sentido mas allá de lo netamente comercial.
Referencias
- Japón y la cerveza del sol naciente
- A Brief History of Japanese Beer
- Historia de la cerveza en Japón
- History of the Japanese Beer Industry
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- La ética de la crítica de cervezas, una reflexión necesaria
- Cómo tomar cerveza sin emborracharse, el secreto de Jim Koch