Por Carlos Uhart M.

A menudo se escucha decir que cualquier persona con un bolígrafo, una libreta y algunas botellas de cerveza en la mano puede convertirse en catador profesional y escribir reseñas. Sin embargo, existen dos argumentos fundamentales que definen la tarea de degustar cervezas como una responsabilidad algo más seria: la defensa del consumidor y el conflicto de intereses.

La ética de la crítica de cervezas
La ética de la crítica de cervezas
Raiola Networks

En resumen, el papel de quien escribe reseñas de cervezas es emitir juicios que sean confiables, basados en la experiencia y una sensibilidad organoléptica entrenada.

Esto implica que quienes escriben sobre cervezas deberían desarrollar al menos ciertos atributos esenciales.

1. Independencia

Es imprescindible pagar la propia cuenta, comprar todas las cervezas que reseñas. Y aunque no hay problema en recibir muestras gratuitas, nunca deberías solicitarlas. Esto no se sobrepone a lo primero.

Tu público objetivo debe ser el consumidor de cerveza, no quienes las producen o las comercian.

Si bien es importante mantener una relación profesional con el mercado, la opinión independiente que requiere la crítica dirigida al consumidor, puede dar como resultado una relación compleja con quienes la producen o comercian. No puede ser de otra manera.

Para poder lograr esta independencia de manera efectiva, es imperativo mantenerse alejado de los intereses del mercado.

Si bien esto puede malinterpretarse como una actitud distante, dicha independencia garantiza comentarios contundentes, francos y sin influencias externas.

2. Coraje

Los juicios deben hacerse únicamente sobre la base del producto en la botella, no de la reputación de la marca, el precio, la rareza o los gustos personales.

Un crítico que es completamente sincero en sus opiniones podría ser considerado peligroso, pero un punto de vista independiente, sin censura, es de suma importancia para el consumidor.

Un juicio sobre la calidad de una cerveza debe basarse únicamente en el contenido. Esta es la naturaleza de la crítica de cerveza en su estado esencial y significativo.

En una degustación, una botella de US$10 debería tener tantas posibilidades como una de US$100 porque en definitiva, se debe identificar a los mejores, elogiarlos, destacarlos y compartir sus nombres con el consumidor.

Por su parte, las cervezas menos aptas deberían ser criticadas abiertamente y llamadas a rendir cuentas por sus mediocridades.

Los comentarios sinceros y a veces hasta irreverentes probablemente no ganen muchos amigos en el mercado, pero los consumidores tienen derecho a estar informados.

Cuando un crítico basa su juicio en lo que piensan los demás, la reputación de la marca, el precio o el potencial percibido, la crítica no es más que una farsa.


3. Experiencia

Es esencial probar muchas cervezas para identificar puntos de referencia y comprender los estándares mundiales.

Este es el aspecto que más tiempo consume y sin duda el más costoso, pero también el más satisfactorio, aunque rara vez se practique metódicamente.

También es esencial establecer puntos de referencia para las mejores cervezas, aunque hoy en día existe tanta diversidad y multitud de estilos que esto puede parecer imposible, probar tantas cervezas como sea posible, tradicionales o experimentales, ayudará a memorizar las características que formarán la base para emitir juicios comparativos en el futuro.

4. Opinión propia

Si bien por si solas las notas de cata de un crítico individual no son preponderantes para el éxito de un producto, las notas emitidas por el consenso de un jurado siempre serán las más insípidas y a menudo, las más engañosas, si por alguna extraña circunstancia los consumidores logran acceder a ellas.

Los juicios de comité basados en directrices estrictas tienden a reflejar las preferencias personales de un grupo.

¿Cómo toman en consideración la posibilidad de que cada individuo haya llegado a su decisión utilizando criterios totalmente diferentes?

¿Acaso un juez sobrecalificó una cerveza por una característica específica mientras que otro la criticó negativamente por la misma razón, siempre bajo el marco de una misma guía de referencia?

Es imposible saberlo. Esto nunca se pone en duda cuando es un individuo quien comparte su crítica de degustación.

Los comités rara vez reconocen cervezas de gran individualidad. Una mirada a los resultados de las competencias de cervezas en general revela tristemente que muchas veces las mediocridades bien hechas obtienen los principales premios y de este modo, lo promedio se eleva como grado de virtud.

Los catadores individuales no pueden esconderse detrás de la voz colectiva de un comité, es por esto que se aferran a un mayor grado de responsabilidad.

La opinión de un catador individual razonablemente informado y comprensivo, a pesar de sus prejuicios y preferencias, siempre será una mucho mejor guía para la calidad final del producto que el consenso de un comité.

Al menos el lector sabe que sus opiniones son públicas y donde encontrarlas, cada artículo y nota de cata se atribuye directamente al autor responsable, mientras que con un comité, uno nunca puede estar seguro.

5. Placer y valor

Demasiadas notas de cerveza se centran en la historia de la cerveza o el lugar de origen, pero el objetivo debe ser siempre enfatizar el valor y la diversidad de los diferentes tipos y estilos de cerveza.

La cerveza es en última instancia una bebida de placer y la crítica inteligente debería ser una mezcla de escuelas de pensamiento analítico y hedonista, sin exclusión.


6. Enfoque cualitativo

Es un hecho que muchos productores y comercializadores de renombre mundial han permitido intencionalmente que sus niveles de producción se eleven a tales volúmenes, que la calidad y el carácter de muchas de sus cervezas se ha visto inevitablemente en peligro.

Los precios nunca han sido más altos, pero el consumidor no está obteniendo necesariamente un mejor producto.

El crítico de cervezas tiene entonces la responsabilidad de dar prioridad a todos los temas relacionados con la calidad.

7. Sinceridad

Nadie discute el hecho de que la degustación de cualquier producto es finalmente un esfuerzo subjetivo y en este punto, la tarea consciente de un crítico de cervezas debe ser su interpretación oportuna y útil de una lista con buenos ejemplos de diferentes estilos en distintos rangos de precios.

En este punto, articular de manera comprensible por qué el crítico considera que una cerveza es apasionante u objetable es manifiestamente importante tanto para el lector como para el productor.

El crítico de cervezas siempre debe tratar de educar y proporcionar directrices significativas, sin dejar de insistir en que no hay sustituto para el paladar del consumidor, ni una mejor educación que su propio ejercicio de cata.

El crítico eventualmente tiene la ventaja de tener acceso a producciones limitadas, razón  por la cual debe intentar minimizar los sesgos, sin embargo, siempre debe compartir con sus lectores el razonamiento estructurado tanto de las buenas como de las malas críticas.

Dado el hecho de que el consumidor será el verdadero catador final, el enfoque de “no existen las malas cervezas” al realizar una crítica no sirve a nadie más que a quienes comercian con ella.

La crítica constructiva y competente ha demostrado que puede beneficiar tanto a los productores como a los consumidores, ya que los obliga a mejorar o mantener estándares de calidad en beneficio de todos los que disfrutan y aprecian una buena cerveza.

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