Por Carlos Uhart M.
En el mundo de la cerveza en general y la cerveza artesanal particularmente, las competencias hoy en día juegan un papel crucial en la definición de estándares y tendencias.
Estos eventos no solo se han vuelto necesarios como una vitrina de innovación y calidad, sino también como un espejo que refleja los desafíos y limitaciones de la industria.
En este artículo exploramos los aspectos positivos, desafios y consecuencias de estas competencias, intentando proporcionar una visión equilibrada que interese tanto a productores como a consumidores.
Contenido
¿Cómo se premian las cervezas?
En general, la asignación de Oro, Plata y Bronce en una competencia de cervezas indica su alineación con la guía de estilo del producto en particular:
Medalla de oro
Una cerveza sobresaliente que muestra la apariencia, aroma, sabor y equilibrio correctos según el estilo con un alto nivel de mérito técnico; un ejemplo de clase mundial.
Medalla de plata
Una cerveza excelente que mantiene una estrecha adherencia en apariencia, aroma, sabor y equilibrio apropiado al estilo; un excelente ejemplo.
Medalla de bronce
Una muy buena cerveza que tiene desviaciones menores de los parámetros de estilo y/o apariencia, aroma, sabor y equilibrio apropiados al estilo; un buen ejemplo.
1. Lo bueno de las competencias de cerveza
En el ámbito de las competiciones de cervezas, varios aspectos benefician tanto a cerveceros como a consumidores, impulsando estándares de calidad y expandiendo la apreciación cultural de la cerveza artesanal.
Calidad e innovación
Las competencias de cervezas fomentan un entorno de mejora continua, donde cerveceros de todo el mundo aspiran a superar los estándares de calidad y creatividad en sus productos.
Estos eventos son plataformas donde tanto la tradición como la innovación buscan ser reconocidas, permitiendo a los cerveceros validar nuevos estilos experimentales y/o afinar técnicas de elaboración en sus productos de portafolio.
El resultado es un impulso constante hacia la búsqueda de productos excepcionales que enriquezcan la oferta del mercado.
Reconocimiento y visibilidad
Ganar una competencia puede transformar a una microcervecería regional en un nombre reconocido a nivel nacional e internacional.
Este reconocimiento trae consigo beneficios significativos, como un aumento en las ventas y oportunidades de marketing que pueden resultar inmejorables.
Las medallas y premios actúan como sellos de aprobación que atraen a consumidores y distribuidores, mejorando la visibilidad en los medios y redes sociales, elevando a la marca por encima de la competencia.
Educación del consumidor
Las competiciones también desempeñan un papel educativo importante. A través de sus resultados y de los eventos que se realizan a su alrededor, los consumidores tienen la oportunidad de identificar y apreciar la complejidad y variedad de estilos de cerveza directamente con sus productores.
Por lo general, en cada competencia se ofrecen oportunidades para que el público general asista a eventos de difusión y expanda su conocimiento y paladar, fomentando una apreciación más profunda de la cultura cervecera y sus matices.
2. Los desafíos de las competencias de cervezas
Sin embargo, no todo es ideal en este mundo de competiciones, ya que sin duda todavía existen desafíos y barreras que pueden afectar tanto a los participantes como al espíritu de estas competencias y la atención de los consumidores.
Costos y barreras económicas
Participar en competiciones de cerveza no es barato. Los productos que participan son solo una pequeña muestra del mercado. Desde las tasas de inscripción hasta los costos de logística, las barreras económicas pueden ser prohibitivas para productores más pequeños.
Esto muchas veces puede crear la ilusión de que una cerveza es mejor que otra simplemente porque ha tenido la posibilidad de financiar con mayor frecuencia su participación en estas competencias, obteniendo algún tipo de reconocimiento que exhibir.
Además, muchas veces el precio de las entradas para asistir a los eventos asociados puede llegar a excluir a nuevos aficionados que desearían beneficiarse de la experiencia, generando entornos donde el mismo público se repite una y otra vez.
Subjetividad en la evaluación
A pesar de los criterios establecidos, la evaluación de cervezas es inherentemente subjetiva y puede ser imprecisa, considerando que además no existe un estándar único sobre como ejecutarlas.
Tal como señala Jeff Alworth, escritor, juez y creador de beervanablog.com:
Los jueces de cerveza son excelentes para clasificar las cervezas en niveles, pero en términos de identificar las «mejores», probablemente sean más aleatorios de lo que a los organizadores les gustaría admitir.
Existe más de una guía de estilos y diferentes jueces pueden tener diferentes puntos de vista dependiendo del lugar de donde vengan, o que la forma en la que se evaluan pueda llevar a resultados inconsistentes o controversiales.
Esta subjetividad puede desalentar a cerveceros que sienten que sus productos son malinterpretados o injustamente valorados.
3. Lo cuestionable de las competencias de cervezas
Más allá de los claros beneficios y desventajas, hay elementos cuestionables en las competiciones de cervezas que merecen un análisis más profundo.
Impacto en la innovación
Mientras que las competencias incentivan la innovación, también pueden generar un enfoque excesivo en adaptar productos para ganar premios que exhibir en lugar de satisfacer la demanda de sus consumidores.
Esto podría llevar a una homogeneización de sabores y estilos, donde obtener un nuevo reconocimiento se antepone al riesgo creativo, la diversidad y la innovación.
Decepción del consumidor
Las medallas pueden crear una percepción de calidad que no siempre se alinea con las experiencias individuales reales de los consumidores.
No es raro que se preparen lotes especiales o exclusivamente diseñados para impresionar a los jueces en una competencia, elaborados con estándares e ingredientes de mayor calidad a los utilizados en la producción regular.
Luego, los consumidores suponen equivocadamente que la oferta de una cervecería premiada mantiene siempre el mismo nivel de excelencia, distorsionando su entendimiento sobre el producto.
Este fenómeno termina creando fricciones en los nuevos consumidores, quienes valoran y priorizan estos productos sobre otros posiblemente igual de excelentes pero menos reconocidos tan solo con el argumento de que recibieron una medalla alguna vez.
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