Por Carlos Uhart M.
Chimay Bleue es una cerveza icónica de la abadía belga del mismo nombre que, con su riqueza de sabores y complejidad, se ha ganado un lugar especial en el corazón de los amantes de la cerveza alrededor del mundo.
Información general
Nombre: Chimay Bleue (Blue)
Cervecería: Chimay
Origen: Baileux, Bélgica
Estilo: Belgian Dark Strong Ale
ABV: 9.0%
IBU: 35
Calorías: 270
Cristalería: Tulipa, Cáliz
Contenido
Notas de cata y degustación
Ante todo, Chimay Bleu se distingue por su carácter intenso pero equilibrado, que libera toda su fuerza a temperatura ambiente, un elixir para el cuerpo y el espíritu.
1. Apariencia
Marrón claro de tonalidades cobrizas y perfil caoba, con baja claridad, ligera turbidez y carbonatación poco visible, genera una espuma de color beige claro, media-alta, liviana, fina y cremosa que se abre heterogénea desde la superficie, con buena retención y adherencia.
2. Aroma
Desarrolla una suave maltosidad inicial que evoluciona en moderadas notas a caramelo y un ligero pero definido tostado, que se equilibran y complementan en un marcado carácter frutal a uvas pasas e higos, a cerezas negras, chancaca y azúcar morena, encaminando un final de nariz con suaves toques herbales y un carácter licoroso que marca su presencia sin buscar protagonismo.
3. Sabor
Inicia en una maltosidad a caramelo y grano breve, que se abre inmediatamente en un carácter a frutas oscuras, uvas pasas, ciruelas e higos, con notas a chancaca, azúcar morena y trazas de madera, que dan la bienvenida a un carácter licoroso perfectamente integrado a mitad de boca, liderando un ascenso expresivo que alcanza su zenit justo a final de boca, a tiempo para establecer un cierre expedito, algo dulce, sabrosamente frutal, como antesala de un retrogusto integrado y licoroso, que se asienta paulatino y satisfactorio.
4. Sensación en boca
Cuerpo medio, de suave cosquilleo y untuoso pero expedito desarrollo, algo melosa en labios, sin asperezas en boca, deja sentir una tibieza alcohólica definida y limpia, que se asienta a final de garganta.
5. Impresión general
Chimay Bleue, Blue o Azul fue originalmente elaborada por lo monjes de la Abadía de Scourmoun como una cerveza Spéciale Noël, para celebrar la navidad de 1948, pero desde 1954 pasó a convertirse de forma permanente en su estandarte de mayor intensidad. Pensada desde siempre como una cerveza para envejecer, su progreso es armonioso y conjugado. En nariz desarrolla un relato lineal y coherente de inicio a fin, con cualidades, maltosas, frutales y licorosas que se complementan de forma destacada. Luego en boca logra conservar una expresión organoléptica equivalente, que si bien hace uso de los mismo recursos, los despliega en una escalada de intensidades que asciende decidida hasta justo antes del cierre, ofreciendo un final que se extiende pausado, sabroso y cálido. Chimay Bleue sabe acomodar sus piezas en cada etapa, les da espacio y oportunidad, porque aunque se trate de una cerveza relativamente joven, sabes que solo podría mejorar.
Maridajes sugeridos
Chimay Bleue ofrece una experiencia sensorial rica y compleja que se puede realzar y equilibrar con maridajes bien seleccionados, desde platos principales hasta postres.
1. Comidas principales
El profundo sabor maltoso y frutal de Chimay Bleue complementa perfectamente un estofado de cordero, donde las notas a frutas oscuras de la cerveza se entrelazan con la riqueza de sabores y grasitud de la carne, creando una combinación sólida y robusta.
2. Quesos
Un queso tipo Stilton o un Gouda maduro se equilibran maravillosamente con el perfil maltoso y ligeramente dulce de Chimay Bleue, que realza la profundidad y complejidad de los lácteos, haciendo de este maridaje una experiencia rica y sofisticada.
3. Platos vegetarianos
Las notas a caramelo y fruta oscura de Chimay Bleue complementan a la perfección un plato de setas salteadas con hierbas y ajo, donde el sabor terroso de los hongos se realza con el carácter licoroso de la cerveza, creando una equilibrado balance en la experiencia.
4. Postres
El sabor maltoso de Chimay Bleue combina sorprendentemente bien con un bizcocho de chocolate oscuro, en donde la intensidad del cacao y la textura esponjosa de la torta se ven realzadas por el dulzor y perfil frutal de la cerveza.
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