Por Carlos Uhart M.
Las cervezas colaborativas se han convertido en un fenómeno muy popular en el mundo cervecero actual, con productores de todas partes uniendo fuerzas en un intento por crear cervezas innovadoras y únicas.
Sin embargo, como en cualquier tendencia cervecera, existen aspectos positivos, negativos y cuestionables que vale la pena examinar en detalle.
Contenido
Innovación y creatividad
Una de las mayores ventajas de las cervezas colaborativas es que bien desarrolladas son una verdadera oportunidad de innovar.
Cuando dos o más cervecerías combinan su experiencia y creatividad, pueden permitirse desarrollar recetas y productos únicos que quizás no hubieran sido posibles de otra manera.
Esto no solo beneficia a las cervecerías, sino también a los consumidores, quienes pueden disfrutar de estas experiencias con relativa regularidad.
Intercambio de conocimientos
Las colaboraciones permiten a los cerveceros aprender unos de otros y este intercambio de técnicas y conocimientos puede llevar a mejoras en procesos de elaboración y en consecuencia a una mejora en la calidad de la cerveza artesanal en general, fomentando una cultura de aprendizaje continuo dentro de la propia industria.
Comunidad y camaradería
Las colaboraciones promueven un sentido de comunidad y camaradería entre las cervecerías y sus clientes, con marcas que muchas veces tienen que competir en los mismos mercados, creando de esta forma una industria más solidaria y sustentable.
Esto es particularmente significativo en las nuevas generaciones de consumidores más interesados en apoyar industrias que valoran la cooperación por sobre la competencia.
Inconsistencias
No todas las colaboraciones resultan ser productos de calidad, ya que las diferencias en los métodos de elaboración, la experimentación y las expectativas individuales pueden llevar a complejas inconsistencias en el producto final.
Esto puede crear una profunda decepción en los consumidores y en última instancia, la sensación de que las cervecerías venderán cualquier cosa que resulte del proceso, independiente si el producto tiene graves problemas de calidad, dañando irremediablemente la reputación de las marcas involucradas y los lugares que la comercializan.
Tal como señala Darren Packman en su artículo «El autosabotaje de la cerveza artesanal»:
Se ha abandonado la práctica de probar una receta elaborando pequeños lotes antes de pasar a producción. Simplemente ya no hay tiempo para esperar y ver si la cerveza realmente funciona. Sólo tiran los dados y esperan lo mejor.
Marketing superficial
En algunos casos, las colaboraciones se perciben simplemente como un truco de marketing desgastado y aburrido más que un esfuerzo genuino por innovar o desarrollar productos que representen a las cervecerías que participan en ellas.
Los productores muchas veces parecen estar más interesados en aumentar las ventas a corto plazo -lo que no es un problema en si mismo- en lugar de enfocarse en crear un producto verdaderamente único y replicable en caso de tener éxito.
Diferenciación
Algunas colaboraciones no logran diferenciarse significativamente de las cervezas ya disponibles en el mercado, sin llegar a justificar cual es su real propósito como producto.
Si la colaboración no aporta algo nuevo, puede terminar siendo percibida como una variación poco significativa de un mismo producto, como una excusa para liquidar existencias utilizando una nueva etiqueta, o incluso como un intento de salvar batchs defectuosos, más que añadir valor real para sus consumidores.
Solo agrega un poco más de lúpulo aquí y otro poco de malta acá y obtendrás dos cervezas por una. Simplemente no hay tiempo para refinar o descartar.
Impacto limitado
Aunque las colaboraciones pueden ser emocionantes para quienes participan en ellas, su impacto en la industria cervecera suele ser bastante limitado, ya que por lo general resultan ser productos que no trascienden y que no representan aportes significativos o duraderos a la industria en su conjunto.
En última instancia, el verdadero valor de las cervezas colaborativas dependerá de la ejecución y el compromiso de las cervecerías involucradas, porque cuando se realizan con autenticidad y un enfoque en la calidad y la innovación, sin duda son una fuerza positiva y transformadora en la industria cervecera.
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