Nadie duda de la gran tradición cervecera que caracteriza a Bélgica, sin embargo, hay algunos estilos que a pesar de haber desaparecido, han dejado alguna evidencia histórica de su existencia; algunos de ellos, incluso, han sido revividos.
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El renacimiento de algunos estilos belgas
A continuación una pequeña reseña de cada uno de ellos:
1. Caves o Liers Bier
Por el año 1820, en la provincia de Lieja, en el extremo oriental de Bélgica, se elaboraban dos tipos de cerveza a partir de la misma molienda, la Lierse, que estaba destinada al consumo local y la Ghentse Caves, que se exportaba principalmente a Gante.
El método de elaboración de la primera cerveza seguía de forma similar los procesos que se aplican en la actualidad. En cambio, para la segunda cerveza, se volvía a macerar la molienda de la primera elaboración y así provechar parte de los azúcares que aún residían en el interior de los granos, y sería comparable a la realización del .sparging en la actualidad.
De esta forma, la primera cerveza elaborada tendría una cantidad de azúcares superior y por lo tanto, una densidad mucho más elevada. La segunda producción, en cambio, tendría un dulzor y una densidad mucho más baja. Es por esta razón que Lierse era más fuerte que su hermana Ghentse Caves.
Fuera cual fuera la cerveza que se producía, la proporción de la molienda en ambas cervezas era la misma, 69% de malta de cebada, 22% de trigo no malteado y 9% de avena. En cuanto a la elaboración, el hervor duraba entre 5 y 6 horas.
2. Mars/Meerts
Esta se elaboraba a partir de un tercer macerado, el cual se unía luego al mosto de una cerveza Lambic, dando como resultado, la cerveza resultante era muy ligera, de apenas 1.035 de densidad.
Según el autor de Radical Brewing, Randy Mosher, la Mars se mezclaba con cervezas Lambic y algo de azúcar morena para crear la Faro, una cerveza tradicional belga que se exportó por primera vez a Estados Unidos en 2010.
Sin embargo, otra forma de obtener la Faro era directamente a partir del segundo macerado realizado a la misma molienda usada para elaborar una Lambic. A este segundo mosto obtenido se le tenía que añadir también una gran cantidad de azúcar candy machacado, reduciendo así la acidez.
3. Diest
Una Porter suave, dulce, muy popular en Bruselas a mediados del siglo XIX, también era ligeramente lupulada y baja en alcohol. Además, se recomendaba a las madres lactantes por su alta capacidad nutritiva.
Las recetas más antiguas incorporaban malta Brown, aunque luego se habrían sustituido por maltas caramelo. La Diest se elaboraba a partir de un 30% de trigo, 30% de malta pale y 30% de malta brown (y posteriormente caramelo oscuro), además de un 10% de avena.
4. Alsembier
Poco se sabe de este estilo de cerveza. Documentado en 1674 y originario del este de Bélgica, se trata de una cerveza macerada por el método de infusión simple. El ajenjo y dos tipos de artemisa (artemisia absinthium y artemisia vulgaris) eran algunos de los ingredientes que daban sabor al fermentado.
5. Uitzet
Uitzet es otra cerveza prácticamente desconocida y existe muy poca información al respecto. El trabajo de investigación realizado por Mosher, sin embargo, permitió saber que las evidencias escritas sitúan el nacimiento de este estilo en el año 1730.
La Uitzet solía elaborarse con malta de cebada, trigo y avena. Además, tal y como sucede en la cerveza Mars, ésta también se fabricaba a partir de la combinación de dos o más macerados realizados a un mismo bagazo.
6. Zoeg
Es el estilo más desconocido de todos los comentados. La Zoeg era una ale pálida, ligeramente lupulada y muy dulce. Su popularidad se extendía desde Tirlemont a Tienen, entre otras muchas ciudades belgas donde la industria azucarera jugaba un papel principal. La cerveza se conocía por ser saludable y nutritiva.
Cervezas belgas que renacieron
1. Seef
Se trata de una cerveza añeja originaria de Amberes. Según referencias fechadas de 1793, se elaboraba con cilantro, clavo y canela. Se consideraba un estilo extinto, pero dos científicos de la Universidad de Lovaina y de Van Duck la recrearon.
Se puso a la venta en marzo de 2012 en la misma Amberes, y se agotó en breve. Asimismo, logró la medalla de oro en el World Beer Cup 2013, en la categoría ‘otro estilo de cerveza ale belga’.
2. Belgian Wit
“White Beer” o “Bier Blance” son otros nombres para denominar a esta cerveza. El estilo forma parte de la amplia tradición cervecera de los monasterios belgas, aunque alcanzó su mayor popularidad en los siglos XVIII y XIX en el este de Bruselas.
Dos cervezas de este mismo estilo la Biere Blanche de Louvain y la Blanche de Hougerde eran muy conocidas en ese período histórico. Sin embargo, tras la revolución sucedida a finales del s. XVIII, la White Beer empezó a perder su protagonismo hasta finalmente desaparecer en el año 1957, cuando cerró la última cervecera belga que la elaboraba.
Diez años después, el cervecero Pierre Celis abrió una nueva cervecera, De Kluis, donde empezó a elaborar una Wit tradicional, denominada “Hoegaarden”.
La Belgian Wit es una cerveza de trigo de cuerpo entre ligero y medio, con una ligera suavidad y un final afrutado, similar a la naranja. Es poco amarga, y se caracteriza por su alta carbonatación y una capa de espuma densa y amplia.
Los porcentajes en el proceso de macerado son 50 % de malta pale y 50% de trigo no malteado, aunque a veces se reducen estas cantidades para añadir avena y potenciar la cerveza en cuerpo y sabor.
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