Cerveza vs vino
Cerveza vs vino
Raiola Networks

El consumo de bebidas alcohólicas está profundamente arraigado en la cultura de muchos países, sin embargo, no todas las bebidas alcohólicas tienen el mismo impacto en la calidad de la dieta y la salud general.

Un estudio reciente publicado en Nutrients (2024) analiza la relación entre los tipos de bebidas alcohólicas consumidas y la calidad de la dieta de los adultos estadounidenses que beben alcohol.

La relación entre dieta y bebidas alcohólicas

La investigación utilizó datos de la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (NHANES) entre 2017 y 2020, evaluando a 1,917 consumidores actuales de alcohol.

La calidad de la dieta se midió a través del Índice de Alimentación Saludable (HEI), una métrica ampliamente reconocida para evaluar la conformidad de las dietas con las guías alimenticias estadounidenses.

Los resultados mostraron que los consumidores exclusivos de cerveza tenían la peor calidad de dieta en comparación con los consumidores de vino, licores o aquellos que mezclaban varios tipos de alcohol.

Estos resultados fueron consistentes incluso después de ajustar factores como edad, género, ingresos y hábitos de vida.

La dieta se refiere al conjunto de alimentos y bebidas que una persona consume de manera habitual, abarcando tanto la cantidad como la variedad de estos para satisfacer las necesidades nutricionales del cuerpo.

¿Qué hace diferente a la cerveza?

La cerveza, con su carácter accesible y versátil, está profundamente vinculada a ciertos patrones culturales y de consumo que influyen en los hábitos alimenticios de sus consumidores:

1. Contextos de consumo

La cerveza se asocia con situaciones sociales como reuniones con amigos, eventos deportivos o celebraciones al aire libre.

En estos escenarios, es común acompañarla con alimentos como papas fritas, pizzas, alitas de pollo u otros snacks altos en calorías, grasas saturadas y sodio.

Este contexto alimenticio suele diferir del que rodea al consumo de vino, que muchas veces se disfruta junto a comidas completas y equilibradas.

2. Accesibilidad

Por su precio generalmente más bajo y su amplia disponibilidad, la cerveza atrae a un público diverso.

En el estudio, los consumidores de cerveza tendían a tener ingresos más bajos en comparación con los bebedores de vino.

Esto podría estar relacionado con menores recursos para adquirir alimentos saludables, como frutas y vegetales frescos.

3. Ingesta calórica y nutrición

La cerveza, al ser consumida en mayores volúmenes que otras bebidas alcohólicas, puede contribuir significativamente al consumo de calorías vacías.

Además, este patrón de consumo puede desplazar alimentos ricos en nutrientes esenciales de la dieta diaria, limitando la ingesta de vitaminas, minerales y antioxidantes necesarios para una buena salud.

Implicaciones para la salud

El estudio destaca que la combinación de una dieta de menor calidad y un consumo exclusivo de cerveza puede aumentar el riesgo de enfermedades hepáticas, como el hígado graso metabólico (MASLD).

A su vez, patrones alimenticios deficientes y bajos niveles de actividad física, que también fueron más comunes entre los consumidores de cerveza, podrían intensificar otros problemas de salud a largo plazo.

Conclusiones

Estos hallazgos ofrecen una oportunidad para fomentar hábitos más saludables. Incorporar opciones más nutritivas en los entornos de consumo de cerveza, como vegetales, frutos secos o dips bajos en grasa, podría marcar una diferencia significativa.

Además, educar al público sobre el equilibrio entre el disfrute del alcohol y una dieta saludable puede beneficiar tanto a consumidores como a la industria.

Referencias

Ting, P.-S., Lin, W.-T., Liangpunsakul, S., Novack, M., Huang, C.-K., Lin, H.-Y., Tseng, T.-S., & Chen, P.-H. (2024). Convergence of Alcohol Consumption and Dietary Quality in US Adults Who Currently Drink Alcohol: An Analysis of Two Core Risk Factors of Liver Disease. Nutrients, 16(22), 3866. https://doi.org/10.3390/nu16223866.

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