Bélgica es un país con una larga y rica tradición cervecera que se remonta a la Edad Media. Con más de 2.000 cervezas diferentes, este país se ha convertido en un paraíso para los amantes de esta bebida.
La ciudad belga de Brujas esconde bajo sus calles empedradas y canales pintorescos un secreto poco conocido: un “río dorado” que fluye bajo tierra. No se trata de agua, sino de cerveza.
Este «río dorado» es una tubería subterránea de acero inoxidable que transporta cerveza desde la cervecería De Halve Maan, ubicada en el corazón de la ciudad, hasta su planta embotelladora a tres kilómetros de distancia. C
on un diámetro de 10 centímetros y una longitud de 3 kilómetros, este conducto funciona como una arteria que permite a la compañía mantener su producción en el centro histórico, optimizando al mismo tiempo la logística y reduciendo el impacto ambiental de su funcionamiento.
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Una realidad desde el año 2016
La puesta en marcha de este proyecto tuvo lugar en 2016 después de más de tres años de planificación, tramitación de permisos y obras.
Considerado como un proyecto innovador, los responsables de esta infraestructura tuvieron que realizar un cuidadoso plan de obras para no dañar las estructuras medievales de la ciudad.
Un desafío de ingeniería que fue superado con éxito, lo que ha beneficiado tanto a la cervecería como a la ciudad.
En concreto, tal y como han explicado en diversos medios de comunicación los responsables de De Halve Maan, la empresa ha conseguido aumentar su producción y competir de manera más efectiva en el mercado global, a la vez que ha mejorado el medio ambiente y la sostenibilidad urbana al eliminar la necesidad de camiones que transportan cerveza por las calles de Brujas.
De esta forma se protege las callejuelas adoquinadas de la ciudad y los célebres edificios medievales que han hecho que Brujas figure en la lista de patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
Además, esta infraestructura se ha convertido en un reclamo turístico para los cientos de miles de turistas que cada año visitan la ciudad de Brujas, con tours guiados que permiten a los visitantes conocer la historia del ducto y el proceso de elaboración de la cerveza.
Innovación para mantener la producción local
La “tubería cervecera de Brujas” se ha convertido desde su puesta en marcha en un símbolo de la capacidad de la ciudad para combinar la innovación con la tradición.
Gracias a esta construcción, la cervecería De Halve Maan encontró la forma de mantener su producción en el centro histórico de la ciudad, mantener y mejorar su competitividad al mejorar su eficiencia de costes y, como se ha mencionado, proteger el patrimonio cultural y ambiental de Brujas.
Con esta infraestructura, la empresa ha logrado mantener su producción en el centro histórico de la ciudad que, catalogada como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, corre el riesgo de convertirse, como dice uno de los responsables de la empresa cervecera, en un museo.
Algo a tener en cuenta, considerando la evolución del sector cervecero en la ciudad. Antes de la II Guerra Mundial, Brujas contaba con más de 30 cervecerías.
En la actualidad, sólo opera en el casco histórico De Halve Maan. De ahí la importancia que ha tenido el desarrollo de esta infraestructura para evitar que esta cervecera traslade su producción a las afueras, lo que hubiese contribuido a que Brujas se convirtiese en una ciudad sin alma.
De hecho, fueron muchos los que aconsejaron a la empresa que cerrara la cervecería de la ciudad y la trasladara al polígono industrial donde se encuentra la planta embotelladora de la firma.
Incluso, al principio, el alcalde de Brujas se mostró escéptico con un proyecto de tal envergadura, pero, gracias a la dedicación de sus responsables, el proyecto se pudo llevar a cabo con éxito.
Una amortización de dos décadas
Este proyecto, sin embargo, no se amortizará hasta 2036, según prevén desde la compañía. Una visión a largo plazo en la que confían los responsables de De Halve Maan, quienes han visto cómo en la última década sus cervezas han experimentado un crecimiento de dos dígitos, exportando además a 30 países, incluidos Estados Unidos y China.
La historia de De Halve Maan es un canto a la tradición, pero también una advertencia. Un aviso para que, tanto las administraciones públicas como las empresas, no se olviden de que las ciudades son organismos vivos que necesitan ser cuidados y mimados.
El ingenioso sistema de transporte subterráneo ideado por la empresa De Halve Maan es un ejemplo de cómo la innovación puede combinarse con la tradición para crear un futuro más sostenible y próspero para las ciudades.
Esta tubería cervecera de Brujas es un símbolo de la capacidad de las ciudades para adaptarse a los nuevos desafíos y encontrar soluciones creativas que beneficien a la comunidad.