Decía Benjamín Franklin que la cerveza es la prueba de que Dios nos ama y quiere que seamos felices. ¿Alguien podría decirlo mejor?
No es de extrañar entonces, que hombres tan dedicados a Dios como los monjes, elaboren cerveza en los monasterios. Como agradecimiento y homenaje.
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Cerveza en los monasterios
¿Por qué los monjes en particular comenzaron a elaborar cerveza en los monasterios? Hay varias razones y dependiendo de la fuente puede que en algún momento alguna haya sido más importante que otra:
- El agua era insalubre y hervirla para hacer cerveza la purificaba.
- La cerveza es muy nutritiva y los monjes la utilizaban para poder beberla en tiempos de ayuno.
- Vendiéndola podían conseguir recursos para mantener el monasterio.
1. Higiene y esterilización
Es la teoría expuesta por ya muchos arqueólogos y antropólogos sobre el origen de la civilización.
Para hacer cerveza hay que hervir el agua, eliminando los microorganismos y los posibles agentes que podrían causar alguna enfermedad.
Nuestros antepasados no sabían por qué y puede que los primeros monjes tampoco. Pero sí se dieron cuenta de que los que bebían cerveza enfermaban menos.
Recordemos que durante la Edad Media, periodo en el que se popularizaron los monasterios, el agua corriente había dejado de ser algo ubicuo.
La mayoría cogía el agua directamente del río y considerando que los ríos eran usados como basureros es muy fácil entender que el agua estuviese contaminada.
2. Nutrición y alimentación
La cerveza tiene muchos de los nutrientes que nuestro cuerpo necesita y todos los carbohidratos. Se podría vivir (casi) exclusivamente bebiendo cerveza.
Para los monjes, especialmente en tiempos de ayuno como la cuaresma, la cerveza les permitía obtener el alimento que necesitaban.
Hay monasterios en donde los monjes sólo consumen cerveza durante los viernes y la Semana Santa.
3. Subsistencia y caridad
Hacer cerveza en los monasterios era una buena manera de financiar el mantenimiento de esos grandes edificios y a sus habitantes.
Elaborar cerveza en los monasterios era rentable y permitía financiar también obras de caridad.
Los hombres de Dios pronto se dieron cuenta de que podían hacer varios tipos de cerveza y por lo general, todas las cervezas tienen un mínimo de 4% ABV, estando la mayoría entre 6 y 8% ABV.
La Orden del Cister y los monjes Trapenses
La Orden del Cister es la más célebre de todas en lo que a cerveza se refiere. Los denominados Trapistas elaboran algunas de las mejores cervezas del mundo y son los únicos que cuentan con un sello de autenticidad.
Todo comenzó en 1098, cuando un grupo de monjes benedictinos de Molesnes, Francia, decidió fundar su propio monasterio no muy lejos de ahí, en Citeaux.
El nombre original de esta ciudad romana era Cistercium, por lo que los monjes comenzaron a ser conocidos como la Orden Cisterciense.
Dos siglos más tarde eran la orden más poderosa de Europa e incluso uno de sus miembros fue nombrado papa, Benedicto XII, en 1335.
1. Trapistas o Trapenses
A mediados del siglo XVII, un grupo de monjes cistercienses inició una reforma en sus estatutos. Dichos reformadores habitaban el monasterio de La Grande Trappe, en Normandía, Francia.
Aquellos que les siguieron fueron conocidos como los Trapistas. Como eran muy estrictos en el servicio a Dios, los Trapistas decidieron que su cerveza tenía que ser de la mejor calidad y pronto su fama como cerveceros se expandió por el continente.
2. Asociación de cervecerías Trapenses
Tal era el renombre adquirido por los Trapistas, que para mediados del siglo XX les habían surgido muchos imitadores, en algunos casos empresas comerciales que vendían cerveza «Trapista», sin serlo.
En 1962, un grupo de ocho monasterios Trapistas fundó una asociación. Esta consiguió que se les reconociera el apelativo «Trapista».
Actualmente sólo once monasterios en el mundo pueden utilizarlo adjuntando un logo que lo certifica en su etiqueta.
3. Reglas mínimas
Para que un monasterio pueda vender su cerveza u otros productos, con la logo ATP (Authentic Trappist Product), debe cumplir con ciertas condiciones:
- El producto debe producirse dentro de las muros o en las proximidades de la abadía.
- El producto debe ser producido por o bajo la supervisión de la comunidad monástica y la operación debe estar subordinado al monasterio y su cultura monástica.
- Los ingresos serán usados para el sustento de los monjes y para el mantenimiento del monasterio. Lo que sobre debe destinarse a obras sociales.
Seis de ellos están en Bélgica, dos en los Países Bajos, uno en Austria, uno en Italia y uno en Estados Unidos: Chimay, Orval, Achel, Engelszell, La Trappe, Rochefort, Westmalle, Westvleteren, Spencer, Tre Fontane y Zundert. Las tres últimas son recientes, 2012, 2013 y 2014, respectivamente.